Mediante la temperatura de color de la luz, siendo la luz fría aquella cuyo color tiende al azul y cálida aquella cuyo color tiende al ámbar o anaranjado.
Esta temperatura de color se mide en grados KELVIN, imaginemos un objeto negro expuesto a una fuente de calor de entre 2700 y 3000 K, el primer tono que emite es el naranja, cálido, si subimos la temperatura a 4000 ó 5000K, emitirá una luz blanca, o fría y si seguimos aumentando hasta los 6500 K, el objeto en cuestión emitirá una luz con tintes azulados.
Esta demostrada ampliamente, la influencia que tiene la luz sobre el ser humano, de ahí la necesidad de adecuar la iluminación al espacio, así pues, para actividades que precisen de mayor concentración como en la cocina, el baño, la zona de estudio… precisarán de una temperatura de color más fría o azulada, mientras que para los momentos de relajación como ver la televisión, el descanso… nos convendrá un tipo de luz más cálida. En la siguiente imagen podemos ver en líneas generales qué temperatura de color tiene un día soleado y las actividades que realizamos.
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